Le toca turno en mi lista de libros a leer este 2018 y toca el momento de algo de psicología, y el libro es del neurólogo que triunfó con la película despertares, él escribió libros sobre sus experiencias reales con pacientes y les mitificó muchas enfermedades mentales, trató durante toda su vida de comprender mejor la conciencia humana.
Lo tenía ya pospuesto por mucho tiempo
(Londres, 1933 – Nueva York, 2015) Neurólogo y escritor británico conocido por sus libros sobre los efectos de los trastornos neurológicos, basados en las experiencias reales de sus pacientes. Hijo de médicos y educado en los estrictos internados de su país, fue un brillante estudiante de ciencias que se graduó en medicina en la Universidad de Oxford.
Su vida, aunque coronada por el éxito, no fue fácil en absoluto. Y si bien es cierto que sus libros, basados en experiencias reales con sus pacientes, le dieron fama y reconocimiento mundial, también lo es que sus ideas jamás fueron bien recibidas por la comunidad científica establecida, de quien recibió críticas despiadadas.
Tampoco su infancia fue precisamente un camino de rosas. A menudo, Sacks recordaba cuando, con apenas seis años, fue evacuado de Londres junto a su hermano Michael para evitar los bombardeos de la aviación nazi y ambos fueron internados en Midlands hasta 1943. Allí, según escribió en 2008 la periodista Nadine Epstein, de «Moment Magazine», «subsistieron con magras raciones de nabos y remolachas y sufrieron castigos a manos de un director sádico».
Oliver Sacks dio el salto definitivo a la fama mundial en 1990, el año en que su libro «Despertares», escrito en 1973, fue llevado a la gran pantalla por Penny Marshall en un inolvidable filme protagonizado por Robert De Niro y Robin Williams.
En el libro, que ya antes de la película había logrado vender más de un millón de ejemplares, Sacks se basaba en la historia real de un grupo de pacientes catatónicos tratados por él mismo y que habían logrado sobrevivir a la epidemia de encefalitis letárgica que tuvo lugar en Estados Unidos entre 1917 y 1928. La acción transcurre en 1969, cuando el doctor Malcom Sayer (Robin Williams) descubre los efectos «milagrosos» de la L-dopa, el precursor metabólico de la dopamina y uno de los fármacos más utilizados hoy en día contra la enfermedad de Parkinson.